Recibí el 2013 con pirotecnia, abrazos, familia y una enfermedad física que no superaba a la enfermedad espiritual, y mucho menos a la mental, cansado de lo mismo, cansado de la vida y hasta cansado de mi....
Pero hay que seguir las tradiciones, ya es enero, un nuevo año, un nuevo comienzo, una nueva forma de ver las cosas, y aunque este año será mi año, en la única cosa que cambie de pensar es en que no quiero ser enterrado, si no Incinerado.
Mis mejores deseos para todos, fuera de las cosas superficiales, Paz mental, física y espiritual.
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